Día 1: El primer día es el de introducción a los caballos, el lugar y los anfitriones. Se puede llegar en auto ya que son sólo unas 5 horas desde Buenos Aires, o también en avión saliendo de Buenos Aires con destino a la ciudad de Mar del Plata - 40 minutos de vuelo. En caso de llegar en avión un chofer estará aguardando a los jinetes para traerlos al Tinto. Desde Mar del Plata son 70 km, aproximadamente unos 45 minutos de viaje.

Al llegar, Andy y Mora (los anfitriones) estarán aguardando en el lodge. En primer lugar, acomodarán a los jinetes en la amplias habitaciones, y luego brindarán un té de bienvenida en las galerías de la casa o en el living principal. Este será momento de conocer el nivel de experiencia de los jinetes y se explicará el plan de los próximos días.

Es importante intentar llegar temprano para tener tiempo de dar una corta vuelta a caballo y ver si los jinetes se adaptan a ellos. Es importante recordar que esta cabalgata es para jinetes experimentados. El caballo árabe, muy leal y resistente, suele ser muy atento e impredecible.

Por la noche cenarán en la mesa principal, compartiendo con su familia historias de la zona, los caballos y las cabalgatas.

Día 2: Por la mañana, luego de un exquisito desayuno - café, te, tostadas, frutas, huevos revueltos - los jinetes se alistarán para el primer día de cabalgata. El plan es salir montado desde la estancia hacia el camino de tierra que lleva a Centinela del Mar. Es un viejo camino vecinal utilizado sólo por los locales. El camino es ideal para largos galopes. Poco a poco se va oliendo el aire de mar, y lentamente va llevando a un pueblito de ensueño.

El mismo fue ideado en los años 50. La idea era lotear y hacer una villa de veraneo. Se edificó un hotel sobre los acantilados y una iglesia. A pesar de los esfuerzos el pueblo no prosperó y fue abandonado. Con el pasar de los años los vecinos locales comenzaron a edificar sus pequeñas casas de mar. Aún hoy las casas se cuentan con los dedos de la mano.

La primera parada es una casita de madera muy pintoresca y acogedora. La casa tiene un palenque con vistas increíbles a los acantilados - característica de este lugar. Este es el lugar elegido para el almuerzo y la siesta.

Una vez que jinetes y caballos han descansado volverán a aprontarse para salir rumbo hacia la segunda parada. Primero se recorrerá parte del pueblo hasta tomar un camino de arena sobre los acantilados que poco a poco va llevando a la playa. Las vistas son únicas: a la izquierda el imponente mar y a la derecha los campos típicos de la zona.

Luego se adentrarán en los gigantes médanos - momento en el que los caballos árabes demostrarán su fuerza y resistencia subiendo estas montañas de arena a puro galope. Por la tarde estarán arribando a una estancia a dejar los caballos, mientras que los jinetes irán en camioneta hacia el lodge.

Día 3: Luego de un buen descanso en la comodidad de las habitaciones del lodge, se dará comienzo al tercer día. Alrededor de las 10 de la mañana - tiempo suficiente para descansar - los jinetes se dirigirán en camioneta hacia donde dejaron los caballos el día anterior. De aquí partirán al tranco por un camino arenoso rodeado de trigo, girasoles o el cultivo del momento, hasta que poco a poco se van a ir abriendo camino para llegar al mar.

Una vez en la inmensidad de estas playas desérticas podrán abrirse a galope largo por varios kilómetros. Una parada obligada es donde se encuentra la vieja boya enorme oxidada de alguno de los muchos barcos que naufragaron por estas aguas. También, si uno se fija bien, puede encontrar vieja vajilla inglesa y fósiles.

Al cabo de unas dos horas llegarán al Arroyo El Moro: sitio elegido para el almuerzo. Andy - chef por excelencia - los estará esperando con la mesa ya puesta y el fuego ardiendo en el disco.

Al cabo de un rato, luego de una siesta y ajustar cinchas, nuevamente emprenderán la cabalgata de vuelta por la costa del mar. Llegarán al mismo lugar de donde habían salido. Los jinetes y los caballos volverán en camioneta y trailer respectivamente con rumbo a San Eustaquio - estancia en donde se encuentra el haras.

Al llegar podrán recorrer las instalaciones del haras, ver los nuevos ejemplares y luego emprenderán la vuelta en camioneta al Tinto. Una vez allí, tendrán momento de relax y cena de despedida con Andy, Mora y la familia Pavlovski.

Día 4: Por la mañana post desayuno podrán relajarse y disfrutar de las instalaciones del lugar: gimnasio, tennis, paddle. Quienes deseen pueden agregar una clase de polo. Antes del mediodía estarán partiendo nuevamente para Mar del Plata quienes tengan vuelo; quienes tengan auto podrán irse hacia algún destino costero como Mar del Plata, Miramar o Necochea; o de vuelta a su lugar de origen. Fin de la experiencia.

Vale aclarar que esta experiencia puede combinarse con una noche más en el pueblo de Centinela del Mar, o achicarse a dos días o un día para aquellos que dispongan de menos tiempo.